La tradición demanda que las felicitaciones de año nuevo se envíen hasta el 31 de enero. Bueno, yo soy muy tradicional. Por ello, en lugar de transmitirles mis mejores deseos, quiero enviarles mi más cálido, sincero y “total” agradecimiento a todos aquellos que trabajan duro, de forma constante, cada día, para asegurar que nuestros amigos de 4 patas consigan el lugar que se merecen dentro de nuestras familias y en nuestra sociedad.

Por otra parte, quiero señalar la importancia del desarrollo de la cinología en la FCI. Nuestra oficina ubicada en Thuin, Bélgica, debe adaptarse y ajustarse a esa realidad. Estoy orgulloso y satisfecho de comprobar que las obras de ampliación de nuestro edificio llegan a su fin.

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Yves De Clercq
Director Ejecutivo de la FCI
La domesticación y las primeras utilizaciones del perro (parte 5/5)

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Bernard DENIS, Francia
Profesor Honorario de la Escuela Nacional de Veterinaria, Nantes
Ex-Miembro de la Comisión Científica del FCI

Paralelamente, la función de “basurero” de los perros se conoce hoy bien, principalmente en las grandes ciudades de Oriente. Hay relieves que muestran cómo los restos de comida humana, desperdicios, mondaduras, carroñas, excrementos, etc., se encomiendan a los perros para su desaparición. El perro pudo jugar perfectamente este papel en los campamentos paleolíticos y en los pueblos neolíticos. Por otra parte, los residuos del hombre paleolítico ejercieron sin duda un poderoso atractivo en los cánidos salvajes y contribuyeron a explicar la larga vida en simbiosis ya mencionada.

La protección de personas y bienes, pasiva o activa, también puede reconocerse como una de las primeras funciones del perro. En efecto, los perros identifican y reconocen a los hombres con los que viven y van a cazar y consideran como su propio territorio el espacio vital y los itinerarios habituales de estos últimos. Si los perros prehistóricos eran efectivamente de pequeño tamaño, la función de defensa pudo ser limitada, pero no la de alerta, que jugó sin duda un papel esencial.

Finalmente, debemos mencionar la utilización del animal muerto. Lo primero que nos vendría a la mente sería la cinofagia, pero aunque no excluyamos el hecho de que en un principio se diera caza al lobo con fines de consumo alimentario, parece ser que una vez domesticado el interés derivó en utilizar al perro vivo. La cinofagia se atestigua en Europa sólo en el Neolítico y parece pues tardía respecto a los inicios de la domesticación. No conocemos restos arqueológicos sobre la utilización de la piel o del pelaje, pero probablemente fue probable. Paralelamente, no es imposible que los huesos de perros encontrados en varias sepulturas humanas sean producto de un sacrificio, lo que explicaría la función ritual ya mencionada.

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Mosaico de Pompeya

En resumen, las primeras utilizaciones principales del perro, más o menos mezcladas con las razones de la domesticación en sí misma, estarían relacionadas con la cooperación con el hombre en la caza. Sin embargo esta función sería relativa si nos remitimos a la tendencia espontánea de las mujeres por ampararse (y amamantar) a cachorros aislados y a socializarlos, al igual que la atracción que ejercían en los perros los desechos alimentarios humanos. Para cerrar este capítulo, sería interesante preguntarse lo qué los agrónomos y los naturalistas latinos, cuyos escritos constituyen los textos fundadores de la literatura agronómica y zootécnica, escribieron sobre la utilización del Perro. Sería inútil esperar que los agrónomos se expresaran sobre la función de compañía o sobre la de basurero que, sin embargo, de seguro se ejercitaba. El perro se considera ante todo el protector del ganado contra los depredadores (lobos esencialmente) y el guardián de la explotación agrícola y de las casas. En general, son tipos de perros diferentes, ampliamente descritos, los que cumplen respectivamente ambas funciones: el guardián de la explotación agrícola debe dar miedo y, por consiguiente ser de gran tamaño y si posible de color negro; el guardián del rebaño es más ligero y es mejor que sea blanco para que no se confunda con un depredador. Existe una tercera categoría de perros que no interesa el agricultor, la de los perros de caza, morfológicamente mucho más esbeltos que los anteriores en la medida en que ejerce su papel en la caza a la carrera27. En la literatura naturalista encontramos la fidelidad alabada del perro hacia su dueño, pero también la existencia de perros amaestrados y utilizados para el combate en Asia Menor28. Contrariamente a lo que sucede con los agrónomos, la función cazadora del perro es lo que se pone de relieve en este caso29. En resumen, en la época romana, la utilización del perro se diversificó, pero sobre todo se refinó: tanto agrónomos como naturalistas describen tipos de perros más aptos que otros para cumplir tal o cual función. Podemos ver igualmente, sobre todo en el sector de la caza, las especializaciones que se materializarán posteriormente y que comenzarán a ser descritas en ciertas obras del final del Medievo30 .

CONCLUSION

Si la cinofilia, tal como la entendemos hoy, es reciente, el vínculo que une al hombre y al perro es eminentemente antiguo. El hecho de que el perro haya sido domesticado varios miles de años antes que las especies que le sucedieron ilustra su lugar privilegiado respecto al hombre. En nuestros días éste se caracteriza, en comparación con otras especies domésticas, por una extraordinaria variabilidad morfológica y por una gama de posibilidades de uso sin equivalente. Dependiendo tal vez de factores biológicos que lo predisponen, esta situación es también el resultado de una historia muy larga. Ésta comenzó con la domesticación y los primeros usos a los que nos hemos referido a grandes rasgos, y que sirve en cierto modo de introducción para comprender la historia moderna del perro y la cinofilia oficial.

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“Heure à l’usage de Paris” en torno a 1410-1415

27 We find considerations about the dog in VARRON et COLOMELLE, the latter being the most precise (work consulted: under the direction of NISARD, M., Les agronomes latins, Caton, Varron, Columelle, Palladius, avec la traduction en français, J.J. Dubochet et Cie. Ed., Paris, 1851).

28 PLINE l’ANCIEN, Histoire Naturelle, Livre VIII (Natural History, Book VIII), Société d’Edition “Les Belles Lettres”, Paris, 1952.

29 According to PLINE l’ANCIEN, « each day experience discovers a thousand other qualities in the dog, but it is during the hunt that its sense of smell and skill are best observed ».

30 In France, one must mention le Livre de la Chasse, by Gaston PHOEBUS, written at the end of the XIVth century.